La Semana Santa es siempre una buena época para disfrutar de nuestro más enraizado folclore popular. Durante estos días he tenido la oportunidad de empaparme de música tradicional tanto en escenarios religiosos como paganos.
El Jueves Santo, mientras paseaba por León, me crucé con varias procesiones que recorrían solemnes las céntricas e históricas calles. Las riadas de papones y pasos se acompasaban al ritmo de clarinetes, trompetas, trombones, saxos y el estruendo de los tambores. Una maravilla disfrutar de este impresionante espectáculo con el marco incomparable de la Pulchra leonina de fondo. Para escuchar algo de música procesional, os remito a mi post “Música sacra tú que sobrecoges”.
Después de la procesión religiosa, me volví a perder por las calles del Barrio Húmedo donde la tradición de estas fechas manda beber limonada, o como decimos en León, “matar judíos” y comer las ricas tapas que ponen en todos los bares. Y así, limonada pa arriba, tapita pa abajo, llegué a la coqueta Plaza del Grano, punto de partida de una de las procesiones paganas más populares de España y que todos los años reúne a un sinfín de devotos, turistas y curiosos: “El entierro de Genarín”. La peculiar procesión se celebra en honor a Genaro, un pellejero borrachín, que fue atropellado a los pies de la muralla por el primer camión de la basura que hubo en León, allá por el año 1929. El singular evento comenzó a media noche cuando unos dulzaineros vestidos con boina y un tamboril anunciaron la salida de los curiosos pasos: en primer lugar salieron los cuatro evangelistas (unos cabezudos que representan a los amigos de Genaro y que comenzaron esta tradición a la muerte del pellejero), luego un barril de orujo (bebida preferida del homenajeado), a continuación, “La Moncha” (la prostituta que le encontró), después, la muerte (que acecha a lo largo de todo el recorrido a Genaro) y finalmente, el paso más aclamado, el del pellejero agarrado a una farola con su inseparable botellina de orujo en mano. La procesión recorre las calles del Barrio Húmedo hasta altas horas de la madrugada, y termina en el lugar donde Gerano fue arrollado por el camión. Allí se le hace una ofrenda y se le recitan unos poemas:
“…Que pereció como un Santo,
Junto a un viejo murallón,
Genarín era llamado.
Y nacido fue en León…”
“…Bebamos en tu memoria una copina de orujo,
Que fue lo que más chupaste antes de ser difunto…”
El Domingo de Resurrección tocaba procesión de Pendones leoneses, este año un poco menos concurrida por la constante amenaza de lluvia. Los estandartes pasearon elegantes y ondeando al viento acompañados por el sonido de una gaita y de varios tamboriles entre las localidades omañesas de La Garandilla y Valdesamario.
A continuación os dejo un vídeo de la procesión, muy curioso para los que nunca hayáis visto un desfile de pendones:
@brokenheroes