Me chiflan esos fines de semana en los te evades de Madrid y te puedes perder [sin prisas y sin estreses], por otra gran ciudad como Barcelona. Si encima los planes van aderezados con música, gastronomía y buena compañía… ¡disfrute asegurado!
El fin de semana pasado en Barcelona fue perfecto. Reencuentro con grandes amigos, calçotada de rigor y el concierto de los jovencísimos Bombay Bicycle Club, un grupo de indie rock británico que está empezando a causar furor en los ambientes hipster de nuestro país.
La sala Bikini presentaba un aforo respetable cuando entramos pocos minutos antes de la hora de comienzo del concierto. Me sorprendió desde un primer momento la cantidad de extranjeros que llenaban la pista, en su mayoría ingleses. Por eso no pude evitar una sonrisa cuando el grupo salió al escenario y dijo un sonoro: ¡Hola Barcelona! (por decir algo… porque menos barceloneses… había de todo). Creo que estas fueron las únicas palabras que pronunciaron en todo el concierto. Ahí es donde se nota que les falta un pelín de rodaje y soltarse en el escenario [la veteranía es un grado]. Un concierto no es sólo tocar muy bien, que lo hicieron, si no ser capaz de sintonizar con el público y hacerles partícipes de la grandeza de la música en vivo. Debe ser que no estoy acostumbrada a los entornos hipster donde cada uno baila a su bola y el pasotismo entre el grupo que toca y el público es mutuo.
Pequeñas críticas aparte, Bombay Bicycle Club me encantaron. El sonido fue increíblemente bueno y, aunque la puesta en escena era sobria [y el batería estaba “castigado” en el lado derecho del escenario], los juegos de luces azules y la percusión que utilizaron hicieron que algunos de sus temas más cañeros sonaran espectaculares. Este fue el caso de “Luna”, canción que en el disco no me llamó la atención pero que en directo fue increíble. Otro gran acierto fue acompañar el show con una sensacional voz femenina que dio un toque sublime a las melodías.
A lo largo de todo el concierto pudimos disfrutar de esos envolventes sonidos con influencias orientales que confieren tanta originalidad a este grupo. Temas como “Feel “, “Lights Out, Words Gone” o “Shuffle” lograron tele-transportarnos por unos instantes a la India.
Desde aquí un aplauso al sensacional concierto que dieron estos chicos en Barcelona, al sonido de la sala Bikini y a sus precios populares (¡a ver si toman nota las salas de Madrid!). Aunque, todo sea dicho, para pedir una triste ronda nos tiramos 25 minutos de reloj.
Por cierto, a raíz de este concierto he descubierto que Alaska fue una visionaria del baile hipster. ¿Recordáis cómo se bailaba eso de…?
“Mueve la cabeza, mueve los pies, mueve la tibia y el peroné…”
Os dejo un video que grabé de uno de los temas más espectaculares del concierto. Como veréis, el sonido, [para estar tomado con móvil], es realmente bueno.
@brokenheroes