Después del concierto de música sacra, tocaba ir rauda y veloz (paraguas mediante) al segundo asalto musical del sábado, esta vez en la Sala Búho Real.
El 29 de marzo era la noche de Xeco Rojo. Un nutrido grupo de familiares, amigos, conocidos y ‘algún que otro despistao’ (como decía la canción de Mecano) llenaban la acogedora sala madrileña deseosos de recibir, escuchar y disfrutar del nuevo proyecto del polifacético músico, esta vez, en solitario.
El artista se subió al escenario con la sola compañía de su acústica roja (¡preciosa, por cierto!) y nos animó desde el primer momento a que cantásemos con él. Para eso nos regaló a la entrada un “cancionero” muy chulo con las letras de sus canciones que me trajo unos bonitos recuerdos de aquellos que utilizábamos antaño para aprender a tocar la guitarra en el Centro Juvenil (allá en los “Salesianos de Afganistán”).
Xeco Rojo empezó el concierto con el tema de Rubén Blades “El cantante” y a lo largo de la actuación hizo alguna otra versión como “Change the World” de Eric Clapton, “Sugar Man” de Sixto Rodríguez [BSO de Searching for Sugar Man, un documental musical que os recomiendo encarecidamente] y el cañero “Highway to hell” de ACDC a modo de colofón final.
Poquito a poco, el artista fue desgranando los temas que formarán parte del disco de este nuevo proyecto en solitario, aunque también se escapó algún temilla de otro de sus grupos alter ego: Son Agüita.
El repertorio contaba con canciones muy variadas. Me gustaron especialmente el entrañable y precioso tema dedicado a su sobrina: “La trapecista de la cuerda” y el profundo “Espiral”, que lograron enmudecer a la sala. Y las canciones con un aire más canalla como “John Mayal tampoco es normal” [John Mayal es –como lo definió alguien del público – un bluesman viejo], “Do Re Mi Fa Sol La Si” [que habla del típico espectador faltón que a veces hay en los conciertos] y “Oh Oh Oh”. El toque funky vino de la mano “No puedes parar de resbalar” y la vena más emotiva se plasmó en los temas “Alimentas lo que soy” [dedicado a su hija] y “Cuerdas al mástil de una parada”, que cuenta una anécdota de adolescente con un amigo de juventud que años más tarde fallecería en un accidente de moto.
También hubo tiempo para una pequeña y divertidísima reconversión del «I shot the Sheriff» de Bob Marley con la ‘versión española’ que hizo su pequeña hija Noa de forma espontánea un día escuchando la canción en el coche de su padre. La letra dice así: ¡culo macheteeeee… es el culo más chulo que hay!! (Ahora no puedo quitármela de la cabeza y va a pasar a engrosar otras ‘grandes versiones españolas’ como los «Huevos con aceite» de Twisted Sisters, «Que me chupes .. …..» de RATM o «El chinito pecando» de The Eagles).
Y es que si algo define a Xeco Rojo es el eclecticismo. En un concierto suyo puedes escuchar desde ritmos funky a rumbita canalla, pasando por las intimistas melodías de poeta cantautor y acabando con las más inverosímiles y simpáticas anécdotas que le han inspirado a la hora de componer.
Aunque Xeco Rojo es madrileño y de vez en cuando se deja caer por la capital, en la actualidad reside en Alicante, por lo que la mayoría de sus bolos los realiza por tierras levantinas, así que si tenéis la oportunidad de encontraros con él en alguna escapada al Mediterráneo, no dudéis en asistir a sus conciertos porque son garantía de pasar un buen rato.
Jose, desde aquí mi más sincera admiración y reconocimiento porque con tu esfuerzo y valía has conseguido lo que para muchos de nosotros siempre será una quimera: vivir de una pasión… ¡vivir de la música! 🙂
@brokenheroes
Os dejo el vídeo de la canción «Sugar Man», un tema que para mí es muy especial.